viernes, 5 de septiembre de 2008

Usando la razón por el amor

   Recientemente hablaba con un amigo, treintón, soltero, que vive despreocupado por el tema del matrimonio, la familia, etc. Mi amigo está convencido de que el amor va a aparecer en el momento correcto, que la mujer ideal aparecerá sola y, sólo entonces, él sabrá que es la correcta y se casará y tendrá hijitos y vivirá feliz por siempre.

  Otros amigos, que ya pasaron o están muy cerca de la mitad de la década de los treinta, vivieron esa despreocupación natural del macho al principio de los treinta, pero un día, repentinamente, se enamoraron, los flecharon y ahora son padres de familia, pero no muy felices que se diga.

  Al igual que el primero, estos casados con hijos fueron solteros codiciados, rumberos, apetecibles para las féminas, un poco mujeriegos y laboralmente exitosos. Sus metas estaban bien establecidas a nivel académico, laboral, intelectual, económico, etc. Pocos pensaban seriamente en la soltería eterna, pero ninguno estaba apurado por enseriarse con alguna mujer. Eso sí, y en esto eran intransigentes, ninguno se ligaba “en serio” con alguna chica que no fuera potencialmente la madre de sus hijos. Incluso, hubo un par que esperaban conseguir a una mujer para procrear, mas no para unirse. Ver más

3 comentarios:

Anónimo dijo...

me ha parecido un artículo estupendo, creo que cuando el amor o la pareja te hace traicionar tus principios o sentirte mal, es mejor cortar por lo sano. mejor sola que...

DANA dijo...

A mí también me ha gustado, en cierto modo porque me veo reflejada en lo de treintañera y soltera. Pero no estoy de acuerdo en el sentido de racionalizar el sentimiento del amor, en darle un tratamiento como a un objetivo profesional. El amor es lo que es, y si hay gente que no quiere arriesgarse a tener un fracaso y mantenerse sin pareja, es completamente respetable, o si por el contrario, cree que ha encontrado a la persona adecuada y se une para formar una familia y a los pocos años la cosa sale mal y tiene que separarse, pues tampoco se acaba el mundo, ya lo dice el dicho: ..."si la vida es dura más dura soy yo". En definitiva, que cada cual actúe según sus propios principios, y que no hay nada malo en "fracasar", no hay que darle a las pérdidas carácter trascendental, las cosas son como son y ya está, los animales depredadores tienen que cazar para sobrevivir y no siempre triunfan en cada uno de sus intentos, y no por ellos los vemos tirándose por los precipicios para acabar con su vida ante el fracaso, simplemente lo vuelven a intentar.
Yo por mi parte lo tengo claro, no tengo prisa en formar una familia, lo formaré si se da la ocasión que yo considere adecuada, y si se da y fracaso, pues simplemente "sobreviviré".

Anónimo dijo...

Realmente nos damos cuenta como la palabra amor cada vez que aparece en algún debate tiene infinidad de respuestas. Así es el amor chicos y chicas, no hay una regla establecida para vivir con el ni como y con quien vivirlo.
Nos construimos metas y proyectos de futuro con respecto al trabajo y otros propósitos y no con el amor, porque irremediablemente para subsistir necesitamos una estabilidad económica y social que nos mantenga en un nivel apropiado para sentirnos bien con nosotros mismos, por eso quizás nos olvidamos de ponernos una meta para conseguir el amor, porque pensamos que podemos vivir sin él, y ahí todos nos equivocamos.

VIVAMOS EL AMOR de la forma que sea, arriesguémonos, tomemos decisiones importantes también si nos lo pide el corazón, demos el paso aunque sea demasiado pronto para que no sea demasiado tarde; si nos equivocamos hay más amor ahí fuera (aunque creáis después de una mala experiencia que ya no encontrareis consuelo en otra persona), pero hay que ser valiente y arriesgarlo todo. Porque un buen día mirareis hacia atrás, y veréis como yo, que aunque no lo tenga todo en la vida, he sido feliz en el amor, he llorado, lo he pasado mal y también he sonreído infinidad de veces.

No más violencia